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Códigos de los Nombres de los Intermedios – Parte Dos.
Desde el Escritorio de George Barnard – 12 de agosto, 2019.
El hombre argentino, Ángel, parecía saber lo que las personas de su tierra natal necesitaban. Ellos necesitaban urgentemente regresar a su lugar de origen, razonó él, porque en Australia sus mujeres compraban hasta el desmayo, y los hombres perdían el control de su vida familiar. Ésto causó una verdadera epidemia de divorcios.
Quedó claro que había cierto mérito en lo que el anciano Ángel proclamaba: los matrimonios sudamericanos estaban yendo hacia el abismo, al por mayor, e incluso los ‘ángeles’ estaban preocupados. ¡Y allí apareció Dr. Mendoza! El término “Emenohwait” era en verdad MNO8. El Amigo Espiritual de George, “Dreyfus” era en verdad DEF5 y “Ahbecetutu” o “Bzutu” era ABC22. Por supuesto, fácil cuando tienes las respuestas, pero el Jefe Bzutu sólo se encogió de hombros. No podría haberle importado menos el descubrimiento tardío o como se llamara.
Las personas tienen nombres, los Espíritus Guardianes deberían tener nombres, pero éstos eran números o códigos de los que nunca había oído hablar. ¿Era yo el único tonto que recibía órdenes de aquellos que aparecían cuando les convenía? El Intermedio Dr. Mendoza, sin embargo, había comenzado a acompañarme en las empresas de sanación. Con una notable excepción, Dante Alighieri era el único que yo conocía que trabajaba con ‘espíritus’, como mis amigos. Dante era el único que conocía, ya que mi familia poseía su Divina Comedia en francés. Yo leí ese libro más de una vez.
Estaba Winston Churchill con su onceavo mes, onceavo día, onceava hora. Tal vez, solo tal vez; pero Dante Alighieri tenía dos Guías, Virgilio y Beatriz. Todo el mundo conocía a Virgilio, pensé, pero Beatriz no era la dama del vecindario que adoraba Dante. Beatriz era BeAhTriCe, BA3C o ABC3, la hermana mayor de Bzutu: una dama alta, rubia y bastante inteligente, de aspecto adánico. Debo haber obtenido una fuerte confirmación de este hecho, pero ahora no recuerdo cuál Celestial verificó mi conclusión.
Más Adelante hacia el año 2000
Era un día antes de tomar un avión, en un viaje a los Estados Unidos, cuando recordé sobre Dante y su Guía en las regiones celestiales, y le escribí a un amigo en Idaho, contándole que Dante Alighieri conocía a Beatriz, ABC3, la hermana mayor de Bzutu. Revisando mi correo electrónico durante la mañana de mi partida, encontré un email de mi amigo, deseándome un viaje seguro. ¡Sorpresa! Había un segundo mensaje de él, diciendo “¡Nos hablaste sobre Beatriz y ella estaba aquí!”
Momentos más tarde sentí el más cálido y amoroso de los abrazos, cuando Lady ABC3 me abrazó, por hacerle saber a la gente que era ella quien trabajaba con Dante en esos tiempos críticos.
Y es solo un pequeño pensamiento de George Barnard.
Traducido por Silvia Adriana Cohane.
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Todos somos uno en nuestra Raíz Espiritual de origen — ABC-22, 1972.
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Códigos de Nombres de los Intermedios – Parte Uno
Desde el Escritorio de George Barnard – 12 de Agosto, 2019.
En un buen número de ocasiones, cuando todavía era un niño, me encontré con los seres Intermedios. A mi modo de ver ellos eran solo gente común. Los Querubines eran simplemente los hijos de alguien, y una placentera compañía con la que estar.
De vuelta atrás alrededor de 1945.
Había un ‘Espíritu Guardián’ quien ocasionalmente se paraba diagonalmente frente a mí, ante nuestra mesa del comedor, justo entre mi madre y mi padre. Cualquiera que lo hubiera visto lo habría llamado un tanto ‘prepotente’ por pararse allí a la hora de la cena, pero nadie más podía verlo. Yo podía verlo, pero era sólo un niño y no me era permitido hablar durante las comidas. Dr. Mendoza, el visitante en cuestión, estaba en mi opinión, posiblemente inquiriendo sobre la opinión política de mi padre. Estaba vestido como la mayoría de los hombres de aquellos días, con un traje marrón. Marrón, el color de moda de un pueblo derrotado y cansado de la guerra.
Más adelante hacia la década de 1970.
Fue una época donde muchos jóvenes inmigrantes sudamericanos casados, comenzaron a arribar a Australia. Parecía como que ni las esposas ni los maridos pudieran manejar las nuevas libertades del continente sur. Por lo menos, así lo afirmó uno de sus mayores, un hombre argentino muy respetado llamado Angel. Yo había obtenido mi Licencia como Hipnoterapeuta Clínico, y un médico sudamericano me enviaba uno tras otro, sus pacientes, todos de un pequeño hospital local. Algo más… yo seguía escuchando el término “Emenohwait”.
Los pacientes de habla hispana continuaban llegando. Todos mencionaban al médico que recomendaba los servicios de George Barnard, y les habían dicho dónde se ubicaba la clínica del terapeuta. También, el viejo Angel tradujo una de mis inducciones hipnóticas básicas, del Inglés al Español fonético: ‘Sólo lee lo que dice en el papel y ya está’, dijo Angel. Funcionó muy bien. Los pacientes de habla hispana continuaban llegando, y yo seguía escuchando ese término: “Emenohwait”. Algunos pacientes eran casos desperados, supuestamente más allá de mi alcance. Llamé al hospital para decirle al doctor que yo estaba sobrepasado de pacientes.
“Nosotros no tenemos un médico de habla hispana acá, ni siquiera un doctor visitante de aquellas partes del mundo” me dijo la recepcionaista. “Sólo algunos pacientes de Sudamérica. Perdón, no puedo ayudarlo” Ella cortó. De repente escuché las palabras – “¡No en tu reino!” y yo repliqué “¡Danos una imagen de él entonces!”. Y allá estaba, en el corredor de un hospital, caminando casualmente hacia mí. Era un hombre pequeño, bien bronceado y de pelo oscuro, usando un traje marrón, corbata marrón, zapatos negros, camisa blanca y una bata blanca de médico desabotonada. Un estetoscopio colgaba alrededor de su cuello. ¡En verdad había un médico de habla hispana en ese hospital!.
“¡Danos su nombre entonces!” demandé con cierta molestia en mi voz. Una señal de calle me fue mostrada: VIA MENDOZA. “OK entonces, Dr. Mendoza. ¿Por qué te llevó tanto tiempo?” Algún tiempo después, finalmente decifré todos los códigos de los nombres de los seres Intermedios.
Traducido por Silvia Adriana Cohane.
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Un Mundo dejado Atrás
Desde el escritorio de George Barnard – 10/07/2019.
Hubo un tiempo, ahora casi 50 años atrás, cuando tenía a mi joven familia viviendo en una granja de 5 acres, yo era el propietario de un creciente negocio de impresión y fotografía. En los suburbios que rodeaban nuestra nueva fábrica había pocas personas capacitadas para el trabajo que nuestro pequeño equipo producía. Nuestros novatos ocasionalmente hacían un lío de las cosas, y luego de un tiempo aprendí a mantener la calma sobre esto. “Las cosas están destinadas a salir mal aquí”, solía decir. “Este mundo es el basurero del universo”.
Pronto, si algo salía mal en la granja, les diría a los niños (y con seriedad) que las cosas estaban destinadas a salir mal en este planeta. Los niños aman la diversión, incluso la diversión extraña, los Celestiales no estaban impresionados y parecía que ellos sabían más acerca de mi futuro que yo mismo. Cuando Miguel afirmó más recientemente: “Nosotros te enseñamos todas estas cosas”, se volvió claro que fui dirigido hacia las cosas que ahora hago. Se había vuelto urgente que dejara de bromear acerca de que este planeta era el basurero del universo.
A principios de la década de 1970, pregunté a los Intermedios sobre Betty y Barney Hill y su ‘secuestro alienígena’. ¿Fueron operados y con qué propósito? Fue poco después cuando aterricé en un planeta despojado de vegetación pero donde había un edificio de pesadas vigas de acero y vidrio, y al menos tres niveles. Yo había aterrizado en la planta baja donde un cinturón móvil transportaba a un sótano refrigerado, cuerpos humanos desde un matadero de arriba. Eran negros, como Barney, órganos extirpados y cosidos de nuevo.
No me demoré en ese lugar y utilicé el dicho “Esta tierra es el basurero del universo” con menos frecuencia. ¡Mucho menos!
21/07/2019
Recientemente cuando escuchaba al Escriba de Damasco, fui informado que el mundo de caníbales descrito arriba probablemente no sobreviva. Estoy bastante seguro que este mundo es mencionado en el Libro de Urantia como uno que es peor que nuestro planeta. Es una conjetura, una suposición creo, pero no lo sé con seguridad.
Traducido por Silvia Adriana Cohane.
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Un Imbécil para el Castigo
Desde el escritorio de George Barnard – 8 y 10 de Enero, 2019.
Este escrito sigue a partir del 5 de Enero, del rollo ‘Solo Profesionales’. La dama presentada a Uds. como “X”, ha tenido un retroceso en su salud. Sus pulmones están llenos de agua, y aunque ella tiene oxígeno, tiene deficultades para respirar. Podríamos perderla. ¿Qué hacer? Ahh, parece que soy un imbécil para el castigo.
8 de Enero.
Podía verla en ese hospital, pero sentado por un tiempo en el alféizar de la ventana, y sopesando cuidadosamente mi bienvenida, o la falta de ella, ya que podría estar saliendo por la ventana, otra vez. Podría usar una chaqueta blanca y un estetoscopio colgando alrededor de mi cuello, igual que el Dr. Mendoza. Tan pronto como pensé en ésto, ahora lucía como si perteneciera a ese lugar. El Doc está realmente allá y le pregunto si me está permitido curar a la mujer. Él me dice: “Puedes hacer eso”.
Bueno, ya sé que puedo hacer éso, ¿pero ella me permitirá hacerlo? El Dr. Mendoza ya se ha ido, por lo que me acerco cautelosamente a la paciente y absorbo el sofocante, asfixiante líquido de su pulmón derecho, dos veces; luego dos veces más de su pulmón izquierdo. Ambos pulmones están en gran parte despejados, pero todavía queda un residuo.
10 de Enero.
Habiendo sido informado de que la paciente ha mejorado considerablemente, la reviso y encuentro que el residuo en sus pulmones es difícil de remojar en la esponja y enjuagarlo bajo el grifo. Es pegajoso, fibroso, pero sus pulmones ahora están limpios. No volveré a este hospital, pero antes de irme vuelvo con ella para revisar el trabajo de los cirujanos. Estoy impactado hasta los huesos con lo que veo, y bastante impactado de nuevo mientras escribo ésto.
Traducido por Silvia Adriana Cohane.
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Convirtiéndose en un Mensajero de los Intermedios 11:11
Desde el escritorio de George Barnard – 9 de enero, 2019.
Es algo “muy humano” vivir en una casa, tener una pareja, hijos y tal vez un perro o un gato. Algunos pueden tener una serpiente, una rana, o un conejo. Inevitablemente la gente “mira hacia abajo” para encontrar sus compañeros no humanos, posiblemente para evitar que les contradigan. En el futuro – se espera – que la gente “mire hacia arriba” para encontrar a colaboradores y compañeros celestiales.
Por parte de los celestiales, ellos nos han estado dando pistas por muchas décadas con la esperanza de que les prestemos atención y les aceptemos como maestros espirituales. Usualmente son ellos quienes hacen el primer contacto haciéndote ver la hora precisamente a 11 minutos después de las 11. Luego depende solo de ti el descubrir quiénes son (los 1111 Intermedios), que es lo que quieren (que nos unamos a ellos para trabajar en sus pelotones) y lo que debes hacer para escucharlos o verlos mejor (meditar y calmar considerablemente tu metabolismo).
Así, de la misma manera en la que envías a tu “sirviente” de cuatro patas a buscar un Frisbee ordenando “¡tráelo muchacho!”, tu podrías escuchar, “toma tu automóvil, ve al barranco y rescata a la persona de las rocas antes de que salte. ¿Por qué tardas tanto?”
Honestamente, este ha sido el mensaje más urgente y más drástico que he recibido jamás. La mayoría de los mensajes son normales, solo para que sepas que estás a cargo del pelotón completo tal vez por una hora o menos.
La mayoría de las veces, también, simplemente se te pide que seas un mensajero para un grupo inmediato de Intermedios Secundarios y tal vez de Intermedios Primarios con la asistencia de Ángeles de todo tipo.
Si es tu deseo hacer que este mundo sea un lugar mejor, “adoptar” un pelotón de Celestiales es una manera de hacerlo. ¿Entonces, por qué tardas tanto?
Y este es solo un pensamiento de George Barnard.
Traducido por Nelson Navas.
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