Oregón, USA, 11 de enero, 2021
Ajustador del Pensamiento
Asunto: “Victimizados por el Odio, pero Justificados por el Amor”

Mensaje recibido por Anyas

Ajustador del Pensamiento: “El Odio y la Ira – su secuaz mentalmente perturbado – nunca pueden traer un cierre sanador a ninguna situación, ya que, por su naturaleza violenta, su modus operandi no es otra cosa que nocivo.

“La cruel e impulsiva propensión del odio en acción para aplicar el ‘ojo por ojo’ ha escalado seriamente. Su falta de sentimiento y su justicia propia, reclama muchas vidas inocentes como rescates desproporcionados, por las fechorías percibidas o reales, de un individuo o una minoría, acumulando así heridas dolorosas, una encima de la otra.

“Jesús sirvió como la diana para las prácticas de tiro del odio en acción. Sin embargo, Él nunca desertó de su postura del amor en acción, blandiendo simbólicamente el cartel «Las Balas se Detienen Aquí». Así es cómo Él sacrificó su vida inocente por el bien de todos.

“¿Cómo es posible que quienes participan en interminables y despreciables operaciones de deshonra, tengan derecho a reclamar, en condición de víctimas mientras victimizan a otros? Jesús sufrió un flagrante aborto de la justicia. Sus acusadores lo convirtieron en un villano, fabricando evidencia para difamar su carácter intachable. Sin embargo, El mantuvo Su notoria paz. Él comprendió que Su causa estaba perdida de antemano, ya que sus acusadores lo incriminaron. Él se había convertido en un inconveniente para ellos, ya que, al no morder el anzuelo de sus burlas, les quitó el desagradable viento de sus velas.

“Cuando fue sometido a sus engaños e intimidación, Él demostró la nobleza y estabilidad de su carácter, derramando silenciosamente su corazón roto a su Padre celestial, pidiéndole a Él que lo acompañara hasta su último aliento y más allá.

“A través de su extraordinario comportamiento, Jesús dio la vuelta a la mesa. Sus detractores se quedaron sin municiones y tuvieron que reconocer post-mortem Su fuerza de carácter sobrehumana, que contradecía todos sus alegatos degradantes y sin sentido.

“Jesús albergaba una mentalidad de vencedor. ¿Qué más puede uno esperar de un Salvador? Él infundió esperanza y difundió buenos ánimos. Él nunca se dedicó a lamentarse, pero sintió pena por las almas descarriadas que operaban bajo hechizos diabólicos. Nada podría disuadirlo de su actitud divina del amor en acción, que incluía los subproductos del amor: la empatía y la compasión. Siempre movió su corazón a hacer lo correcto, nunca permitiendo que las sustancias extrañas de la amargura y el resentimiento lo traspasaran y lo profanaran.”

Traducido por Silvia Adriana Cohane.

© Grupo de Progreso 11:11.
No importa cuál sea la pregunta, la respuesta es siempre el Amor.

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