Chicago, EU de A, 24 de Agosto 24, 2012.
Maestro Proloteo.
Tema: “Las Inevitabilidades de Dios”.

Recibido por Valdir Soares.

Proloteo: “Los seres humanos gozan de libre albedrío para elegir su propio destino, sin embargo, a menudo logran operar más allá del límite de sus prerrogativas. Sin embargo, al fin y al cabo son seres finitos existiendo en un Universo finito, gobernados por un Dios infinito y soberano.

“El péndulo de la realidad finita puede experimentar oscilaciones del progreso al retraso y viceversa, y sin embargo, en última instancia prevalecerá la voluntad perfecta de Dios – una maravillosa aventura que se propuso a Sí mismo – para experimentar las innumerables experiencias de Sus propias criaturas.

“En teoría, nunca puede existir un cambio con el Dios Eterno, Infinito y Perfecto. Si se considera exclusivamente en sentido absoluto, la creación nunca podría existir como una cosa nueva. Aquí, los conceptos de potencialidades e inevitabilidades son útiles para entender las ‘acciones de Dios’. En Dios, las realidades pueden ser vistas como existenciales, actuales y potenciales. Todas estas manifiestan a Dios, pero de maneras diferentes. Son existenciales los atributos principales y ontológicos de Dios, que lo convierten en el infinito YO SOY. Las actuales son las potencialidades que se manifiestan como inevitables, de entre Su infinidad de posibilidades. Es debido a estas dinámicas eternas que Dios es Él, y no Su Creación (la realidad alterna).

“Para llevar los ‘asuntos inevitables’ de Dios a nuestra relación práctica con él, hablemos acerca de la voluntad, el amor y la justicia de Dios. La voluntad de Dios es inevitable porque Él es una persona. Solo un Dios personal puede crear seres personales. Todos tenemos que enfrentar el hecho de que existe una Voluntad Soberana que gobierna al Universo, a la cual todos somos atraidos para someternos voluntariamente.

“El amor de Dios es ineludible. Nos dice que Dios es un Dios bueno. Ni una sola cosa o criatura en este vasto Universo está privado del amor de Dios, que impregna todo. El mal no se opone a la presencia del amor de Dios. Más bien, se hace más evidente que ‘cuando el mal abunda, el amor abunda con más fuerza’. El amor de Dios es contagioso y atractivo, pero nunca es manipulado por la fuerza. Dios nunca deja de amarnos, aun si dejamos de amarlo a Él. El amor de Dios es inevitable, y es imposible ocultarse de él.

“La justicia de Dios es inevitable, pero nunca es un castigo. La justicia, tal como la palabra lo sugiere, es un ajuste. La justicia de Dios es Su forma de ajustar todas las cosas a Su voluntad amorosa y perfecta. La justicia de Dios se basa en Su primacía ante todos. Existe cierta tensión entre el amor perfecto de Dios y Su justicia perfecta, que se resuelve por medio de Su misericordia perfecta. La justicia es equitativa, pero la misericordia está más allá de la justicia – es el perdón, la paciencia, el largo sufrimiento, suficiente para que los seres humanos puedan reconocer (y si quieren, aceptar) la bondad de Dios. La Misericordia, sin embargo, no es infinita. Cuando toda misericordia se rechace, los seres humanos se enfrentarán a la justicia equitativa, inevitable y final de Dios – a la cual se someten voluntariamente.

“Los seres humanos no son un accidente, o un producto de la casualidad, sino inevitabilidades de la voluntad de Dios, invitados a ser Sus socios en la co-creación, la cual por sí misma hace que la vida valga la pena. Soy Proloteo, vuestro tutor y maestro en las alturas, siempre al alcance de un solo pensamiento invitante.”

Traducido por Perla Téllez Garza.

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